¿Vuelta de EE.UU. al TPP? Una posibilidad imposible hace una semana que parece que es una necesidad, examinando lo ocurrido en los últimos días. En una decisión insospechada (recordemos que catalogó el TPP con un “desastre”), Trump se plantea la vuelta  de los EE.UU.  a lo que en su momento fue el TPP y hoy es el CPTPP, el Comprehensive and Progressive Agreement for Trans-Pacific Partnership, suscrito el pasado 8 de marzo en Santiago de Chile entre Australia, Brunei, Canada, Chile, Japón, Malaysia, Mexico, Nueva Zelanda, Peru, Singapur y Vietnam.

La razón de este drástico cambio de parecer de Donald Trump se resume en China y la guerra comercial que ha lanzado el propio Trump contra el país asiático.

La amenaza del Gobierno chino de elevar un 25% los aranceles de soja, maíz y trigo estadounidenses provocaría unos daños de tal magnitud, que pondría en riesgo económico a un núcleo de votantes de Trump, ya que precisamente se cultivan en las áreas en donde obtuvo mejores resultados electorales. Recordemos que aproximadamente el 60% de las ventas internacionales de productos agrícolas estadounidenses se dirigen precisamente a China. Los efectos de esta elevación de aranceles sería tan relevante que el Gobierno estadounidense está planteando desempolvar la Commodity Credit Corporation creada durante la gran depresión. 

En este sentido, 25 legisladores del Partido Republicano parece que han convencido a Trump con su misiva de hace unos días de que la mejor receta contra lo que ellos consideran comportamientos anti competitivos de los chinos es la vuelta al TPP, como vehículo para preservar la regulación del comercio internacional de acuerdo con los patrones estadounidenses.Es, en buena medida, abrir definitivamente la puerta que Trump empezó a abrir en Davos

Por otra parte, no sólo se trata de la cuestión de la guerra comercial que está estallando entre los dos países. El impulso chino al RCEP, el gran acuerdo comercial que agruparía a India, China y Japón (y, eventualmente, el Reino Unido post Brexit), pondría contra las cuerdas a los EE.UU. El problema que plantea el acuerdo sería precisamente el de la bicefalia en su dirección, entre Japón y China. Ello por no hablar de las discrepancias que pueden existir en relación con la propiedad intelectual. No obstante, las negociaciones caminan por buen camino y es posible el acuerdo a lo largo de este año.

Ahora bien, el cambio de opinión del Presidente Trump no parece sencillo de llevar a la práctica. De entrada, porque la discreta negociación del TPP ha llevado más de un año e incorporar a los EE.UU. supondría renegociar el acuerdo en su integridad. Problema que se agranda por el hecho de que las condicione originarias del TPP fueron consideradas “a rape for our country” por Trump. Recordemos, en este sentido, que el CPTPP tiene su punto de origen en el TPP, salvo una serie de medidas, como son las referentes a propiedad intelectual o los arbitrajes de inversiones, que han sido dejadas en suspenso hasta que la totalidad de signatarios decida lo contrario.

Frente a ello, la elevación de los aranceles será una medida que entrará en vigor en unas pocas semanas, con lo que el daño a los agricultores y granjeros empezará a desplegar sus efectos… en un año electoral en los Estados Unidos.

Realmente, lo que se ve cada día con más seguridad, es  que Trump no estuvo muy previsor cuando anunció la guerra comercial con China y con la Unión Europea.

Sin duda, la vuelta de EE.UU. al TPP tendría efectos indirectos sobre Europa, en el sentido de impulsar las paralizadas negociaciones sobre el TTIP, como vía para paralizar los efectos de la guerra comercial con China, evitando, a su vez, la europea. No obstante, con Donald Trump nunca se sabe qué va a ser lo que ocurra al día siguiente. El mero planteamiento de la vuelta al TPP, hoy CPTTP, es la prueba mejor.

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