RCEP, el gran acuerdo comercial de China, India y Japón. El Regional Comprehensive Economic Partnership es el acuerdo comercial que están negociando Australia, Brunei, Camboya, Corea del Sur, China, Filipinas, India, Indonesia, Japón, Laos, Malasia, Myanmar, Nueva Zelanda Singapur, Tailandia, Vietnam.

Cuando se terminen las negociaciones creará un área de libre comercio en el sudeste asiático que agruparía agrupa al 40% del comercio internacional y al 45% de la población (más de 3000 millones de personas bajo su ámbito de influencia). Es, sin duda, el acuerdo multilateral de comercio internacional más importante que se está negociando en la actualidad en el mundo.

RCEP, el gran acuerdo comercial de China, India y Japón

Posiblemente el RCEP es la excepción a los problemas que están teniendo algunos Tratados multilaterales de libre comercio y que está poniendo a Asia en una situación de ventaja comparativa frente a la actitud de los EE.UU. tras la llegada de Donald Trump a la Presidencia.El impulso de China e India está siendo decisivo para los avances en las negociaciones, tanto que en este momento, tras la caída del TPP, varios países de América, como Perú, Chile o México están interesados en participar en el Tratado.

Las negociaciones están avanzando a un ritmo constante. Los países que formarán parte del RCEP está celebrando estos días en Kobe (Japón) su 16ª ronda negociadora, después de los avances que se produjeron en su reunión de Nueva Zelanda de junio, especialmente en eliminación de aranceles que llegaban al 80% sobre el valor actual. Esta ha sido una reunión importante, tras la decisión de Trump de anular la participación de EEUU en el TPP y de iniciar paralelamente negociaciones para un tratado bilateral con Japón.

El RCEP es un tratado que se está negociando teniendo presente las sensibilidades de cada uno de los países signatarios. Esto es, no tiene una pretensión de armonización normativa y de imposición de soluciones únicas al comienzo. La armonización se irá haciendo poco a poco, a partir del momento en que se firme. El acuerdo es por ello mucho más flexible e insiste, asimismo, en mecanismos de cooperación para favorecer la consecución de los objetivos que se han propuesto.

Por ello, se puede señalar que es un acuerdo esencialmente de libre comercio, en la línea de lo afirmado por el Presidente de la República Popular China en la reunión de Davos de enero de 2017. Por ello, la pretensión de China y la India, principales impulsores del acuerdo, tiene una razón económica, de favorecimiento del intercambio de bienes y servicios en un área geográficamente cercana.

No obstante, que no estén los EE.UU. no significa que algunas de sus exigencias en los tratados comerciales no estén siendo objeto de discusión. Especialmente, las relativas a derechos de propiedad intelectual de los fabricantes de productos farmacéuticos, lo que es especialmente trágico en una zona en la que se encuentra muchos enfermos de VIH. Los derechos de propiedad intelectual han provocado, incluso, la aprobación de un manifiesto de profesores de Universidad y otros intelectuales en contra de las previsiones del RCEP. De hecho, a los ojos de las más de las 300 organizaciones civiles signatarias de un manifiesto, el riesgo es que el RCEP se transforme en un nuevo TPP, de acuerdo con la posición que están manteniendo Japón y Corea del Sur.

O, en un sentido diferente, hay que reseñar las dificultades que está habiendo sobre los arbitrajes de inversiones, especialmente provocados por la India que no los quiere aceptar con carácter general sino que quiere establecer algunas limitaciones en relación con ciertas reglamentaciones de interés general. Y, en fin, los productos transgénicos supondrán un punto de colisión, ya que sólo se aceptan en la actualidad en 4 Estados.

Y, al igual que ha ocurrido en relación con el TTIP o el CETA, hay sectores de las opiniones públicas de los países que están expresando su oposición al modo en que están desarrollándose las negociaciones, de forma totalmente opaca. Es especialmente significativo, en este sentido, el sentimiento de la opinión pública australiana.

Originariamente, el RCEP surgió como una respuesta al TPP y, por ello, China impulsó un gran acuerdo comercial que permitiera solucionar el aparente aislamiento al que le está conduciendo la política estadounidense con el TPP y el TTIP, que la deja fuera de los grandes bloques comerciales y, sobre todo, evita la entrada masiva de productos chinos en EEUU, la gran razón por la cual este país no prosiguió su participación en el gran acuerdo de libre comercio asiático. De hecho, existía un riesgo relevante de que China y Rusia pudieran hacer una pinza contra los intereses comerciales y políticos estadounidenses. Hoy la situación es diferente y lo que están pretendiendo todos los actores es aprovechar el vacío que deja la política comercial de Trump.

Razones económicas son las que están impulsando el acuerdo,  pero también políticas. Todo ello con el punto destacado de Donald Trump como Presidente de los EE.UU. Un acuerdo comercial como el RCEP significa para China volver a estar en la punta de lanza de la discusión económica y comercial frente a los EEUU. Para la India supondría disponer de una posición que hasta ahora no ha tenido. Unas ventajas en las que el aumento demográfico y la juventud de la población asiática es un factor añadido frente a otros ámbitos territoriales.

Pero, en segundo lugar, es una respuesta a aquello que preocupa a EE.UU. y a la Unión Europea: No podemos olvidar que, para China y la India, el RCEP es especialmente importante por cuanto que se concentra en la liberalización comercial es y contiene reglas menos estrictas y metas de reducciones arancelarias menos ambiciosas. Resulta, en este sentido, preocupante la poca preocupación que tienen las cláusulas conocidas del acuerdo por la normativa ambiental o de protección de derechos de los trabajadores, especialmente aquellos que se pueden ver en una situación de traslado temporal.

Al mismo tiempo, coloca a la Unión Europa en una situación complicada desde este planteamiento comercial si no es capaz de firmar y ratificar el TTIP y el CETA. Y, con ello, se producirá una presión añadida para su conclusión, obviando la presión popular en contra de la firma de ambos tratados. Y aquí, en el medio plazo, no podemos dejar de pensar en la posibilidad de que RCEP y TPP, China, India y EEUU puedan converger en la creación de ese gran Acuerdo de Libre Comercio del Pacífico, incluyendo además a Rusia.

Last but not least ¿Y la Unión Europea? ¿Cómo le va a afectar este gran acuerdo comercial? ¿Qué papel va a jugar en este nuevo mundo que se está creando día a día? ¿Va a resultar positiva para el Reino Unido la salida de la Unión Europea porque dispone de más instrumentos de negociación y más flexibles para incorporarse a bloques económicamente más importante? No podemos obviar que el Reino Unido ha venido manteniendo una actividad constante y discreta para suscribir otro tipo de acuerdos que estén vinculados sólo al comercio, que es lo que realmente le interesa. ¿Y que ocurrirá con la ciudadanía y sus derechos económicos, sociales y políticos?