La mujer en la Universidad (II): el papel de La Institución Libre de Enseñanza.
El post anterior sobre la Mujer en la Universidad se puede entender mejor si se analiza el contexto en el que se produjo la admisión de las mujeres en la Universidad española en el año 1910, en donde tuvo un papel determinante la Institución Libre de Enseñanza, que está detrás del impulso para superar las carencias en esta materia de la mujer.
La superación de la situación de inferioridad, la incultura y el analfabetismo en el que se encuentran las mujeres hasta mediados del s. XIX tienen como principal valedor a Fernando de Castro que organiza en 1869 las Conferencias dominicales para la educación de la mujer en la Universidad Central; a las que asistieron un gran número de personalidades como Canalejas, Labra o Moret. Lo más relevante es que en ellas se defendió el derecho a la instrucción de la mujer para ocupar un espacio en la sociedad.
En diciembre de 1869 se inaugura la Escuela de Institutrices, escuela normal que tiene como objetivo preparar a las mujeres que fueran a dedicarse a la enseñanza, escuela en la que imparte clases Giner de los Ríos. En 1870 se crea la Asociación para la Enseñanza de la Mujer para fomentar la instrucción de las mujeres en todos los ámbitos de la vida social española.
En 1876 se funda en Madrid la Institución Libre de Enseñanza (1876-1936). En su comité estaban Laureano Figuerola, Eugenio Montero Ríos, Segismundo Moret, Nicolás Salmerón, Francisco Giner de los Ríos, Augusto González de Linares, Gumersindo de Azcárate, Laureano Calderón, Juan Antonio García Labiano y Jacinto Messía.
La Institución Libre de Enseñanza fue, desde sus orígenes, un establecimiento educativo privado laico, que surge con un grupo de catedráticos algunos de ellos separados de la cátedra por no aceptar una Real Orden del Ministerio de Fomento que suponía un ataque frontal a la libertad de cátedra. Su proyecto pedagógico fue secundado por grandes intelectuales de la época – Costa, Marañón, Menéndez Pidal, etc-.
La importancia de la Institución deriva de que la renovación educativa forma parte de otra social, cultural, política y ética lo que implicará una regeneración y modernización de España a través de la enseñanza y la educación. Desde sus principios se defendía que hay que contar con hombres y mujeres bien preparados. Con la vuelta de los liberales al gobierno fueron repuestos en sus cátedras ese mismo año.
La Institución apenas funcionó como centro de estudios universitarios, ya que, al ver que el proyecto no era viable, el centro se transformó en una escuela preparatoria y secundaria para educar a hombres y mujeres desde niños.
Desde 1881 Manuel Bartolomé de Cossío y un gran número de profesores consolidan el proyecto institucionista y la Institución Libre de Enseñanza se convierte en el centro de enseñanza en el que se aplican las teorías pedagógicas más avanzadas de Europa. Asociados a la Institución Libre de Enseñanza, se crean otros organismos como el Museo Pedagógico Nacional, el Centro de Estudios Históricos, la Residencia de estudiantes o la JAE (Junta de Ampliación de Estudios).
Sin duda, Giner de los Ríos y M.B. Cossío son dos figuras fundamentales que promovieron desde los orígenes de la Institución Libre de Enseñanza una pedagogía que trata en paridad a hombres y mujeres, de ahí que, desde sus inicios, la coeducación es una de sus ideas innovadoras fundamentales y revolucionarias. En su programa se dice textualmente: “se estima que la coeducación es un principio esencial del régimen escolar y que no hay fundamento para prohibir en la escuela la comunidad en que uno y otro sexo viven en la familia y en la sociedad” y continua : ” la coeducación como uno de los resortes fundamentales para la formación del carácter moral, así como de la pureza de costumbres y el más poderoso para acabar con la situación de inferioridad positiva de la mujer, que no empezará a desaparecer hasta que aquella se eduque , no solo como, sino con el hombre”.
Cossío, cuya ingente labor pedagógica hacen de él la figura más representativa del panorama educativo nacional de esas décadas, defiende siempre que tiene que tratarse en plano de igualdad la enseñanza de hombres y mujeres en todos los niveles educativos, desde la escuela a la universidad. Y, sin duda por ello, en los Congresos Pedagógicos de 1882 y 1889 asiste un gran número de mujeres y se defiende la integración de la mujer en el mundo de la cultura, con figuras destacadas como Emilia Pardo Bazán o María Goyri (pareja de Ramón Menéndez Pidal). Esta última defiende en un artículo de 1899 publicado en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza los derechos políticos de la mujer y en 1898 tenía una sección propia en la Revista Popular titulada “Crónicas femeninas”. En esta revista se tratan temas sobre la necesidad de que el trabajo de la mujer sea retribuido y ello no significa en modo alguno un desdoro para la condición femenina y la importancia del trabajo de la mujer fuera del hogar.
En el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (1869-1939), dirigido por Giner y especialmente dedicado a difundir los planteamientos educativos de la Institución, se encuentra un gran número de artículos y reseñas sobre la educación de la mujer en España y en otros países europeos como las excelentes reseñas de Carmen López-Cortón (pareja de Cossío) sobre la enseñanza superior de la mujer en Francia y Rusia o artículos sobre la problemática femenina de Concepción Arenal, Margarita Comas, Alicia Pestana, etc…etc. Merece un lugar destacado los 5 artículos de Labra en 1891 sobre “La rehabilitación de la mujer”.
A principios del s. XX los ideales institucionistas de promoción de la mujer a través de la cultura y la educación empiezan a influir de manera representativa en las esferas gubernamentales. Por ejemplo, siendo ministro Amalio Gimeno las becas de estudio en centros extranjeros de la Junta de Ampliación de Estudios (JAE) estaban igualmente abiertas a hombres y mujeres (ejemplo de mujeres becadas: Juana Ontañón en 1908; María de Maeztu (1909,1912, 1923), Josefina Cela (1922) etc.). Lo importante de estos viajes fue la mentalidad de mujeres liberadas que se consiguió con estas estancias en el extranjero.
En 1901 se abre el Instituto Internacional, colegio de filiación norteamericana fundado por Alicia Gordon Gulick que, desde sus inicios entra en contacto con Giner, Azcárate y Cossío por compartir las mismas orientaciones pedagógicas y valores respecto a la función de la mujer en la sociedad.
Julio Burell, cercano a los ideales institucionistas, deroga la ley de 1888 , y se inicia el libre acceso a los estudios universitarios en 1910.
En 1915 se abre la Residencia de Señoritas -a imitación de la Residencia de Estudiantes (1910)- y dirigida hasta la guerra civil por María de Maeztu tiene como objetivos : “albergar a señoritas mayores de dieciséis años que estudien o deseen ingresar en facultades universitarias, Escuela Superior de Magisterio, Conservatorio nacional de Música, etc. Asimismo admitirá a alumnas extranjeras que deseen estudiar español”. Las estudiantes contaban con biblioteca, visitaban museos, asistían a conferencias, hacían excursiones etc…etc. María de Maeztu estuvo siempre en contacto estrecho con los pedagogos de la Institución al coincidir plenamente con sus teorías sobre la educación de la mujer (especialmente El trabajo de la mujer)
El Instituto Internacional y la Residencia de Señoritas fueron dos centros fundamentales que contribuyeron a iniciar y desarrollar el proceso de emancipación de la mujer a través de la cultura.
La guerra de Marruecos y el fusilamiento de Ferrer en 1909 hacen caer al gabinete de Maura sustituido por Moret y posteriormente por José Canalejas. Canalejas nombra ministro de Instrucción Pública al Conde de Romanones que se encontró enfrentado a la reglamentación de la enseñanza de las órdenes religiosas. En contra del conservadurismo y poder de las congregaciones, la política del gobierno defiende la enseñanza pública y las nuevas corrientes educativas, tanto en las escuelas como en la universidad, influenciado por la Institución Libre de Enseñanza. Es este el contexto en el que se aprueba la Real Orden de 8 de marzo de 1910 que permite el acceso libre de la mujer a la Universidad y la de 2 de septiembre que le permitía impartir docencia.
En 1918, siendo de nuevo Romanones titular de la cartera de Instrucción Pública se funda por Real Decreto el Instituto- Escuela, institución en la que se aplican las ideas pedagógicas y renovadores de la Institución, especialmente (i) la coeducación, (ii) el carácter voluntario de las clases de religión, y (iii) a las alumnas se les imparten las mismas enseñanzas que a los alumnos para que pudiesen integrarse en la sociedad en igualdad de condiciones. En este centro ocuparon cargos directivos María de Maeztu, María Goyri, Jimena Menéndez Pidal, etc.
No cabe duda alguna que la Institución Libre de Enseñanza abrió el camino y marcó las líneas maestras para establecer la igualdad de hombres y mujeres en la educación y sus principios fueron fundamentales para el cambio de mentalidad en la sociedad española.
Agradezco a Covadonga López Alonso, la ayuda para la redacción de este post.